13. No le hagás penal
-¡No le hagás penal! ¡No le hagás penal! -le grité desesperado al Cabezón pero ya era tarde. Su pierna izquierda barría sin ningún pudor al rapidito de Baralo. Y Martínez, como nunca, siguió la jugada de cerca y pitó la infracción: Penal. ¡A llorar a la iglesia! El Cabezón no entendía por qué semejante enojo de mi parte, por qué lo puteaba sin parar:- Vamos ganando 3 a 0 fácil y el partido ya se termina, Flaco. ¡Tanto quilombo por un penal!
¿Qué le podía explicar? ¿Que prefería el gol de una, de jugada, que de penal? ¿Que yo sabía que el que lo iba a patear era el mismísimo Lucero? ¿Que estuvo todo el partido esperando una oportunidad como esta? Nada, no le dije más nada. ¿Para qué? Si igual, no hubiera entendido un pomo.
Me fui hacia el arco, resoplando un poco, mucho, manoteé la toalla y me sequé el sudor de la frente. Hice algo de tiempo, miré los rostros de la gente en la popular y no me di vuelta hasta que los silbidos confirmaron lo que sólo yo sabía. Lucero quería patear el penal. Giré y lo vi venir. Avanzaba lento y seguro. Se abría paso entre los suyos buscando la pelota, sin escuchar a nadie, sin mirar a nadie. Los ojos clavados en mí.
“Otro arquero patea penales”, dirían en las radios. “Como Saja, Rogerio Ceni o como el mejor de todos: Chilavert”. “¿La primera vez que patea un penal Lucero?” preguntaría algún relator. “Si, si, la primera vez”, respondería el comentarista con cierto miedo a equivocarse, un poco perdido, inseguro, hurgando entre su memoria, sus apuntes y sus estadísticas.
“Estamos presenciando un momento único, señoras y señores”. El relator intentaría darle un poco de fantasía a su transmisión. “El enfrentamiento entre el maestro y su discípulo, ¡entre la juventud y la experiencia!”. Palabras más, palabras menos le contarían a la gente lo que la gente ya sabe: que fui el suplente de Lucero durante 7 años; que él ya tiene 36 pirulos y yo apenas 25; que seguramente él me enseñó tooooodo lo que sé; que hace tan sólo 3 meses Lucero rescindió su contrato y se alejó del club en el que jugó todo su vida sin explicar demasiado por qué; que la vida nos hizo muy amigos y ahora, con esas cosas que tiene el fútbol, nos pone frente a frente y bla, bla, bla…
“¿Me pareció a mí o no se saludaron Donato y Lucero?” deslizaría cargado de intención algún comentarista. “Es cierto, muy cierto. Bueno, convengamos que siempre se corrió el rumor de que las cosas no terminaron bien entre los dos”. Acotaría un cronista que informa desde el campo de juego. “¡No me diga!”, se haría el tonto el relator. “Pero ¿Usted sabe algo, mi amigo? Es llamativo, ¿no? Lucero nunca pateó un penal y justo se le ocurre patear ahora, contra su ex club, frente a su ex suplente y amigo. Mmm… Algo pasó”. “Dicen que entre ellos hubo un asunto de polleras”.
“Lo noté nervioso a Lucero”, arrancaría el relator de otra transmisión. “Y, éste no es un partido cualquiera”, mencionaría su comentarista. “Ahora no”, se apuraría a meter un bocadillo el cronista de abajo. “Ahora el que parece nervioso es al Flaco Donato”.
¿Cómo no iba a estar nervioso? Nos enfrentábamos Lucero y yo. Afuera podían estar diciendo lo que quieran pero los únicos que sabíamos la historia éramos él y yo. No, miento: él, yo y Claudia. Justamente Claudia. Ella estaba en la platea. En el lugar de siempre, en el asiento de siempre, el mismo asiento desde el que alentó a su ex, el mismo asiento desde el que me alienta a mí. ¿Qué habrá sentido? Ni idea, jamás le pregunté. Mejor dicho, jamás quise saberlo. En ese momento tampoco la busqué con la mirada. ¿Para qué? ¿Para ponerme triste si descubría que lo miraba a él? No tenía sentido. Traté de concentrarme en la pelota, de adivinar cuál sería la opción que elegiría Lucero. Media cancha lo puteaba pero a él no le importó. Él quería hacerme un gol a mí, no a ellos, no a su ex club. ¿Y yo por quién atajaba? ¿Por el club, por mí, por él o por ella?
No lo tuve claro. Dudé. Tal vez por eso fue gol. Lucero no lo gritó y yo preferí ir a buscar la pelota adentro, pelearme con alguno, cualquier cosa con tal de no mirar a la platea, con tal de no enterarme nunca si Claudia festejó el gol.
Pablo Pedroso
Buenos Aires, 28 de diciembre de 2006
17 comentarios:
Llegué de casualidad a tu blog, he leido algunos cuentos y me gustaron harto, suerte en todo
30 de marzo de 2007, 4:11 p.m.Muy bueno tu blog.. llegue buscando cuentos de futbol... pasate por el mio:
8 de abril de 2007, 12:16 p.m.www.despreocupadoandar.blogspot.com
Ya estas recomendado entre mis lectores en mis paginas amigas!
Abrazos!!!!
Mi msn: ningundurmiendonunca@hotmail.com
Agregame!!
Muy bueno "NO LE HAGAS PENAL". MUY bueno!!!
4 de mayo de 2007, 6:13 p.m.Un intercambio de links si te interesa.
la-pelota-no-dobla.blogspot.com
Saludos!!!
Que buen cuentito che!!! Muy bueno, me voy a pasar horas en tu blog maestro, un saludo desde barcelona. Por cierto esta usted invitado a pasearse por mi antro, el salon bizarro!! Tenemos un plantel de ilustradores de primera linea, incluso si desea ilustrar alguna historia....saludos!!
13 de julio de 2007, 2:23 p.m.Gracias a todos!!!
13 de julio de 2007, 4:06 p.m.Don Grillo, pasé por su blog y me entretuve muchísimo. Las ilustraciones están muy buenas!!!!
Saludos
me gustan los cuentos de futbol y este me pareció excelente...felicitaciones..un saludo
22 de agosto de 2007, 9:02 p.m.Federico
Muchas gracias Federico por pasar y por tu comentario. Me alegro que te haya gustado el cuento.
22 de agosto de 2007, 9:08 p.m.Un saludo
muy bueno el cuento y nuy bueno el blog. soy fanatico de los cuentos de futbol y los tuyos son muy buenos. saludos y te dejo mi blog. www.enelangulo.blogspot.com
17 de octubre de 2007, 6:16 p.m.¡Gracias S.C.!
17 de octubre de 2007, 7:22 p.m.Te acabo de sumar a los links.
Un abrazo y felicitaciones por tu blog.
Los felicito son muy buenas historias de excelente nivel
6 de noviembre de 2007, 11:20 p.m.www:ginesreinoso:blogspot:com
Gracias por pasar Gines.
7 de noviembre de 2007, 4:22 p.m.Por lo que pude ver en su blog Ud. también escribe. Leo y después le cuento.
Hola Flaco. muy bueno el cuento. engancha.
15 de abril de 2008, 6:24 p.m.Gracias por pasar Mandrágora y muchas gracias por lo de "flaco"!!!
15 de abril de 2008, 6:33 p.m.Excelente valor! te paso el blog del cuadro de la liga universitaria de futbol de Uruguay donde juego, voy a comentar sobre estos excelentes cuentos ahí.
4 de julio de 2008, 4:41 p.m.Abrazo.
http://matechau.blogspot.com
Gracias Gastón! Voy a visitar tu blog y a sumarlo a mis links.
4 de julio de 2008, 5:04 p.m.Saludos!!!!
Hola a todos necesito un favor...he leido varios cuentos, pero este me llamo mucho la atención y me gustaría hacer un cortometraje cinematográfico sobre esta historia...¿alguien me puede ayudar proporcionandome más datos sobre el autor, o sobre el cuento?...se los agradecería mmucho...Mi correo es arte_zib@hotmail.com...soy mexicano y mi nombre es Diego...Gracias a todos de antemano...
4 de octubre de 2008, 2:41 a.m.Excelente, demasiado bueno, està reflejada toda la pasiòn y el sentimiento de un partido....realmente llega al lector de una manera increìble..te felicto desde Santiago de Chile...
6 de octubre de 2009, 9:11 p.m.Publicar un comentario